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Fomentando la Unión y el Éxito: Descifrando los Caminos del Cooperativismo a Nivel Global

El Poder del cooperativismo: Un recorrido por su historia, valores y su impacto global

“Adéntrate en el mundo del cooperativismo, donde la unión y la solidaridad tejen una red de prosperidad que abraza al mundo”.

¿Alguna vez has contemplado cómo diminutas chispas de iniciativa pueden encender fuegos de cambio que iluminan la vida de millones? Tal es la historia del cooperativismo, un movimiento que brotó de la humildad y la tenacidad de un grupo de tejedores en Rochdale, Inglaterra. Movidos por ideales nobles y una visión de equidad, estos pioneros plantaron la semilla de una filosofía que, en un mundo sediento de cambio, ha permanecido vigente y brillado como un faro de luz, catalizando transformaciones sociales y económicas en todo el mundo y tocando la vida de mil millones de personas.

Conocer el cooperativismo es abrir los ojos a un mundo de posibilidades donde la colaboración, la equidad y la sostenibilidad son más que ideales; son prácticas vivas que moldean sociedades más justas.

Así que, con un espíritu inquisitivo y un anhelo de conocimiento, los invito a sumergirse conmigo en este océano de sabiduría cooperativista donde desentrañaremos su rica historia, exploraremos sus valores y principios fundamentales, y examinaremos su impacto global y su florecimiento en la República Dominicana.

¿Qué es una cooperativa?

Una cooperativa, según la definición de la Alianza Cooperativa Internacional (ICA), es “una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes a través de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controlada”.

El objetivo principal de las cooperativas es brindar un valor equitativo a todos los miembros, en lugar de maximizar las ganancias para unos pocos accionistas, y son en esencia, una respuesta a la necesidad de un enfoque más humano y equitativo de los negocios y la economía.

Ahora que comprendemos qué es una cooperativa, es hora de adentrarnos en la historia del cooperativismo, un viaje que nos llevará desde las calles de Rochdale, Inglaterra, hasta las comunidades de la República Dominicana y más allá.

Historia del Cooperativismo

El cooperativismo, una filosofía que ha resistido el paso del tiempo, tiene una rica historia que se remonta a siglos atrás. Acompáñanos en este viaje a través del tiempo para descubrir sus orígenes y su evolución hasta la actualidad.

Orígenes del Cooperativismo

El cooperativismo, como lo conocemos hoy, tiene sus raíces en las ideas y acciones de un hombre: Robert Owen. Considerado el padre del cooperativismo, Owen era un reformador social y empresario galés que vivió durante la Revolución Industrial en el siglo XIX. En un tiempo de gran cambio y desafío, Owen vislumbró una nueva forma de organizar la economía y la sociedad.

Owen creía en la creación de comunidades autónomas donde las personas pudieran trabajar juntas para su beneficio mutuo. En 1813, puso en práctica sus ideas al establecer una comunidad cooperativa en New Lanark, Escocia. Aunque la comunidad de New Lanark no duró, las ideas de Owen sobre la cooperación y la economía solidaria tuvieron un impacto duradero.

Las ideas de Owen se extendieron y evolucionaron, y en el siglo XIX, el cooperativismo comenzó a tomar forma en varios lugares del mundo. En Alemania, Friedrich Wilhelm Raiffeisen y Hermann Schulze-Delitzsch establecieron las primeras cooperativas de crédito. En Francia, Charles Fourier y Pierre-Joseph Proudhon promovieron la idea de las cooperativas de producción.

Sin embargo, fue en Rochdale, Inglaterra, donde el cooperativismo realmente comenzó a florecer. En la próxima sección, exploraremos la historia de los Pioneros de Rochdale y su influencia en el movimiento cooperativo.

Los Pioneros de Rochdale

En el corazón de la historia del cooperativismo se encuentran los Pioneros de Rochdale, un grupo de 28 tejedores y otros trabajadores de la industria de la lana en Rochdale, Inglaterra. En 1844, en medio de la Revolución Industrial y las difíciles condiciones de vida y de trabajo que esta trajo consigo, estos hombres visionarios decidieron tomar el control de su destino económico y fundaron la Sociedad de Equitativos Pioneros de Rochdale.

Los Pioneros de Rochdale abrieron una tienda de venta de alimentos y otros bienes básicos, con el objetivo de ofrecer productos de calidad a precios justos a sus miembros. Pero lo que realmente distinguió a los Pioneros de Rochdale fue su compromiso con un conjunto de principios y valores que se convirtieron en la base del movimiento cooperativo moderno.

Estos principios, conocidos como los Principios de Rochdale, incluyen la membresía abierta y voluntaria, el control democrático de los miembros, la participación económica de los miembros, la autonomía e independencia, la educación, la formación e información, la cooperación entre cooperativas y la preocupación por la comunidad.

Los Pioneros de Rochdale demostraron que las cooperativas podían ser tanto económicamente viables como socialmente responsables. Su éxito inspiró a otros a seguir su ejemplo, y las cooperativas comenzaron a proliferar en todo el mundo.

Fundación de la Alianza Cooperativa Internacional (ICA)

La Alianza Cooperativa Internacional (ICA) es una organización fundamental en la historia y el desarrollo del cooperativismo. Fundada en 1895 en Londres, la ICA ha desempeñado un papel crucial en la promoción y el apoyo al movimiento cooperativo a nivel mundial.

La ICA fue creada con el objetivo de proporcionar un espacio para el intercambio de información y experiencias entre las cooperativas, y para promover los principios y valores cooperativos. Desde sus inicios, la ICA ha trabajado para fortalecer y unificar el movimiento cooperativo, y para representar y defender los intereses de las cooperativas ante los gobiernos y las organizaciones internacionales.

A lo largo de su historia, la ICA ha contribuido de manera significativa a la expansión y consolidación del cooperativismo. Ha desarrollado normas y directrices para las cooperativas, ha realizado investigaciones y ha proporcionado formación y educación cooperativa. Además, la ICA ha jugado un papel importante en la promoción de la cooperación entre las cooperativas, un principio clave del cooperativismo.

Hoy en día, la ICA es una organización global que representa a 310 organizaciones cooperativas en 109 países. A través de su trabajo, la ICA continúa apoyando y fortaleciendo el movimiento cooperativo, y promoviendo la visión de un mundo más equitativo y sostenible a través de la cooperación.

Cooperativismo en la República Dominicana y su historía

Llegada de John “Pablo” Harvey Steele

El cooperativismo en la República Dominicana comenzó a tomar forma en 1946, gracias a los esfuerzos de los sacerdotes de la orden Scarboro. El Padre Alfonso Chafe lideró la creación de la primera cooperativa de ahorros y crédito en Manoguayabo, seguido de cerca por el Padre Santiago Walsh, quien estableció otra en Bayaguana.

Sin embargo, fue la llegada de un personaje clave lo que catalizó el crecimiento del movimiento cooperativo en el país. John Harvey Steele, conocido cariñosamente como el “Padre Pablo”, fue enviado desde Canadá por la orden Scarboro, en respuesta a la necesidad de contar con una persona con formación técnica en asuntos cooperativos.

Desde su llegada a San Francisco de Macorís, el Padre Pablo se dedicó a la promoción de cooperativas en todo el país, mientras también se encargaba de la parroquia de la Villa de Boyá. Pero su contribución no se limitó a la organización de cooperativas. El Padre Pablo también se dedicó a la formación y educación de los miembros de las cooperativas, difundiendo los principios y valores cooperativos y formando líderes dentro del movimiento.

Gracias a su formación técnica, su pasión por el cooperativismo y su incansable dedicación, el Padre Pablo logró elevar el movimiento cooperativo a un nuevo nivel en la República Dominicana. Su legado perdura en el floreciente cooperativismo dominicano que conocemos hoy.

Desarrollo del Cooperativismo Dominicano

La historia del cooperativismo en la República Dominicana es una saga de perseverancia y triunfo, una crónica de cómo los ideales pueden superar las adversidades. Durante el régimen opresivo de Trujillo, el avance del cooperativismo fue reprimido, sumiendo al movimiento en un período de letargo. No obstante, con el fin de la tiranía, surgió una nueva era para el cooperativismo dominicano.

Como el mítico fénix, las cooperativas se reagruparon de las cenizas de la opresión. La Federación Dominicana de Cooperativas de Ahorro y Crédito (FEDOCOOP), fundada originalmente en 1949, fue revitalizada, marcando el comienzo de un período de florecimiento para el cooperativismo en la República Dominicana. Este renacimiento fue posible gracias a la tenacidad y la inquebrantable determinación de los líderes y miembros de las cooperativas. A pesar de los desafíos, se mantuvieron fieles a los principios y valores cooperativos, y trabajaron incansablemente para promover el desarrollo económico y social de sus comunidades.

Hoy en día, el cooperativismo en la República Dominicana es un movimiento pujante y vibrante, un faro de esperanza que sigue brillando con intensidad. Continúa creciendo y evolucionando, adaptándose a las cambiantes necesidades y aspiraciones de sus miembros, y demostrando que, a través de la cooperación, podemos construir un mundo más justo y equitativo.

Principios del Cooperativismo

El cooperativismo, en su esencia más pura, se encuentra intrínsecamente guiado por un conjunto de siete (7) principios fundamentales que no solo definen su carácter distintivo, sino que también orientan su acción y propósito. Estos principios, meticulosamente establecidos por la Alianza Cooperativa Internacional (ICA), se erigen como la piedra angular del movimiento cooperativo, reflejando de manera fiel su filosofía y valores del movimiento. A continuación te explicaré de manera resumida cuáles son y de que tratan cada uno de ellos:

Principio 1 - Admisión Voluntaria y Abierta

El primer principio del cooperativismo, la ‘Admisión Voluntaria y Abierta’, que establece que las cooperativas deben estar abiertas a todas las personas dispuestas a utilizar sus servicios y asumir las responsabilidades de membresía, sin discriminación de género, social, racial, política o religiosa y sin imponer barreras o restricciones injustificadas.  Cada individuo tiene la libertad de decidir si desea formar parte de una cooperativa o no. Sin embargo, una vez que alguien decide unirse, se espera que cumpla con las responsabilidades y compromisos establecidos por la cooperativa.

En la República Dominicana, este principio ha jugado un papel crucial en la promoción de la inclusión financiera, ya que las cooperativas del sector han podido llegar a comunidades rurales que antes eran ignoradas por las instituciones bancarias comerciales, promoviendo la equidad y la solidaridad en todo el país y generando un impacto positivo en su desarrollo socioeconómico.

Principio 2 - Control Democrático de los Miembros

Las cooperativas son organizaciones democráticas controladas por sus miembros, quienes participan activamente en la toma de decisiones y en la formulación de políticas. Este es el núcleo del segundo principio del cooperativismo, el “Control Democrático de los Miembros”. Los miembros contribuyen equitativamente al capital de su cooperativa y controlan democráticamente la misma. En las cooperativas de base, los miembros tienen igualdad de voto (un miembro, un voto) y las cooperativas de otros niveles también se organizan de manera democrática.

Este principio es fundamental para garantizar que las cooperativas sean verdaderamente organizaciones centradas en las personas, donde cada miembro tiene una voz y un voto en las decisiones que afectan a la cooperativa. Esto incluye decisiones sobre cómo se deben utilizar los recursos de la cooperativa, cómo se deben distribuir los beneficios y cómo se deben manejar los asuntos internos.

Principio 3 - Participación Económica de los Miembros

El tercer principio del cooperativismo, “Participación Económica de los Miembros”, se centra en la contribución equitativa y el control democrático del capital de la cooperativa por parte de sus miembros. Esto implica que los miembros aportan al capital de la cooperativa de manera proporcional a sus transacciones con la misma y reciben beneficios limitados del capital.

Además, al menos una parte de ese capital es de propiedad común de la cooperativa. Los miembros usualmente reciben una compensación, si la hay, en proporción a sus transacciones con la cooperativa y no en relación con el capital aportado.

Este principio asegura que la riqueza generada por la cooperativa se distribuye de manera justa entre sus miembros y que la cooperativa permanece bajo el control democrático de sus miembros, asegurando que los beneficios se repartan de manera equitativa y proporcional.

Principio 4 - Autonomía e Independencia

La “Autonomía e Independencia” de las cooperativas asegura que las mismas puedan ser capaces de tomar sus propias decisiones sin interferencia externa y le permita establecer sus propias políticas y procedimientos que reflejen los intereses y necesidades de sus miembros.

Aunque las cooperativas pueden formar alianzas con otras organizaciones, incluyendo gobiernos, y pueden recaudar capital de fuentes externas, lo hacen en términos que aseguran el control democrático por parte de sus miembros y mantienen la autonomía de la cooperativa.

El principio de “Autonomía e Independencia” es fundamental para garantizar que las cooperativas puedan servir eficazmente a sus miembros y mantener su identidad y valores cooperativos.

Principio 5 - Educación, Formación e Información

Las cooperativas, en su compromiso con el desarrollo integral de sus miembros y la comunidad, reconocen la educación y la formación continua como una herramienta esencial. Este enfoque no solo se limita a sus representantes electos, gerentes y empleados, sino que se extiende a todos sus miembros, proporcionándoles las habilidades técnicas y el conocimiento necesario para contribuir eficazmente al desarrollo de sus cooperativas e impactar su crecimiento personal para que sus miembros alcancen su pleno potencial.

Las capacitaciones ofrecidas pueden abarcar una amplia gama de temas, desde habilidades técnicas específicas hasta una comprensión más profunda de los principios y valores del cooperativismo. Además, se pueden ofrecer programas de formación en liderazgo y gestión, preparando a los miembros para asumir roles de liderazgo dentro de la cooperativa y en la comunidad en general.

Principio 6 - Cooperación entre Cooperativas

El sexto principio del cooperativismo, conocido como “Cooperación entre cooperativas”, es un componente esencial del movimiento cooperativo. Este principio sostiene que las cooperativas sirven a sus miembros de manera más efectiva y fortalecen el movimiento cooperativo trabajando juntas a través de estructuras locales, nacionales, regionales e internacionales.

Este principio se basa en la idea de que las cooperativas, al ser empresas basadas en valores y principios, deben trabajar juntas para lograr sus objetivos comunes. Esto puede implicar compartir recursos, colaborar en proyectos o apoyarse mutuamente en tiempos de dificultades.

La cooperación entre cooperativas puede tomar muchas formas, desde la colaboración en proyectos específicos hasta la formación de redes o federaciones de cooperativas. A través de esta colaboración, las cooperativas pueden aumentar su eficiencia y eficacia, mejorar sus servicios y fortalecer el movimiento cooperativo en su conjunto.

Principio 7 - Preocupación por la Comunidad

El séptimo y último principio del cooperativismo, “Preocupación por la Comunidad”, enfatiza el compromiso intrínseco de las cooperativas con el desarrollo sostenible de sus comunidades. Este principio subraya la visión de las cooperativas de que su éxito no se mide únicamente en términos de beneficios para sus miembros, sino también en términos de su impacto positivo en la comunidad en la que operan.

Esto puede manifestarse de diversas formas, desde la creación de empleo y la promoción de la educación, hasta la mejora de la infraestructura local y la promoción de la sostenibilidad social y ambiental. Las cooperativas también pueden participar en actividades de caridad y contribuir a causas locales, reafirmando su compromiso con el bienestar de la comunidad.

Impacto del movimiento cooperativo en la sociedad

Según datos de la Alianza Internacional de Cooperativas, más del 12% de la población mundial es miembro de alguna de los 3 millones de cooperativas existentes. Estas cooperativas generan ingresos de aproximadamente 2,14 billones de dólares, proporcionando servicios e infraestructuras esenciales que impulsan el desarrollo de sus comunidades.

Además, las cooperativas emplean al 10% de la población mundial, reafirmando su papel crucial en la economía global.

En la República Dominicana, el movimiento cooperativo ha florecido con una vitalidad impresionante. Según las estadísticas locales proporcionadas por Asociación de Instituciones Rurales de Ahorro y Crédito, Inc. (AIRAC), al cierre de 2020, había 1,043 cooperativas incorporadas en el país, un aumento significativo en comparación con las 916 cooperativas que existían en 2018. Estas cooperativas contaban con más de 1 millón de miembros, un testimonio del alcance y la popularidad del movimiento cooperativo en la República Dominicana.

Es importante destacar que estas estadísticas, aunque impresionantes, probablemente subestimen el verdadero impacto del movimiento cooperativo, ya que no han sido actualizadas recientemente. Sin embargo, incluso con los datos disponibles, está claro que el cooperativismo es un movimiento en crecimiento que está teniendo un impacto positivo en la vida de millones de personas en todo el mundo y en la República Dominicana.

De acuerdo a todo lo que hemos leído hasta el momento cada vez resulta más evidente que el cooperativismo no es simplemente un modelo de negocio alternativo, sino una poderosa fuerza de cambio social y económico. Este movimiento, basado en principios de equidad, democracia y solidaridad, está demostrando que es posible construir una economía más humanitaria que ponga a las personas y al planeta en primer lugar.

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